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El abuso
sexual en la infancia
Seg�n la
definici�n del "Standing committee on Sexually Abused Children" (SCOSAC,
1984), se considera abuso sexual infantil:
"Cualquier
ni�o por debajo de la edad de consentimiento puede considerarse como
haber sido sexualmente abusado cuando una persona sexualmente madura,
por designio o por descuido de sus responsabilidades sociales o
espec�ficas en relaci�n con el ni�o, ha participado o permitido su
participaci�n en cualquier acto de una naturaleza sexual que tenga el
prop�sito de conducir a la gratificaci�n sexual de la persona
sexualmente madura. Esta definici�n es procedente aunque este acto
contenga o no contacto f�sico o genital, sea o no iniciado por el ni�o,
y aunque sea o no discernible el efecto pernicioso en el corto plazo."
Para hablar
de abuso sexual, se deben observar una serie de caracter�sticas, a
saber:
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El abuso
sexual siempre constituye una forma de violencia f�sica o
psicol�gica. El adulto se aprovecha de la confianza del ni�o y de su
propia superioridad frente a �l y adem�s el menor no se encuentra en
disposici�n de consentir o no el abuso debido a su desconocimiento.
-
No se
limita a menores de sexo femenino con adultos de sexo masculino,
aunque �ste sea el caso m�s frecuente.
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El
agresor, en la mayor�a de los casos, proviene del entorno social del
menor.
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El abuso
sexual siempre tiene como consecuencia un retraso en el desarrollo
del ni�o.
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El abuso
sexual no se produce de forma aislada, y en muchos casos se
prolonga durante a�os.
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Es
dif�cil establecer la l�nea que separa las caricias cari�osas del
abuso sexual, aunque los ni�os percibe instintivamente cuando se
est� abusando de ellos.
-
El abuso
sexual se produce cuando el adulto se sirve de autoridad para
aprovecharse de la relaci�n de dependencia del ni�o.
El abuso
sexual se observa en se�ales y s�ntomas en el ni�o, tanto de car�cter
fisiol�gico como emocional y conductual. A nivel emocional y conductual,
se puede observar una sexualizaci�n prematura caracterizada por una
preocupaci�n expl�cita o frecuente en la conversaci�n o en el juego,
sexualizaci�n de las relaciones, evitaci�n de los hombres y
masturbaci�n. A nivel cl�nico o fisiol�gico se pueden observar descargas
vaginales, retenci�n de las heces, molestias vulvovaginales, etc.
La
v�ctima de abusos sexuales
Todos los
ni�os pueden ser v�ctimas de abusos sexuales. La obediencia y el respeto
aprendido hacia los adultos es uno de los principales factores. Si se
aprende que definitivamente, los adultos saben lo que hacen y tienen
raz�n, ser� muy improbable que un menor se oponga al deseo de un adulto.
Cuando un
menor relata un abuso, en contadas ocasiones se le tiene en cuenta,
reaccionando la mayor�a de las veces con incredulidad, pensando que se
lo inventan, o reaccionando de modo negativo en lugar de investigar las
causas. Otros factores que fomentan el silencio de la v�ctima son:
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Aprovecharse de la necesidad de cari�o del menor.
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Provocar
que el ni�o sienta miedo a ser castigado, a no ser cre�do, a ser
abandonado, etc.
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Amenazar
con recurrir a la violencia f�sica.
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Amenazar
con ingresar al menor en una instituci�n.
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Sobornar
mediante regalos y una permisividad condescendiente.
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Falsear
las normas morales y sexuales.
Los menores
saben que su silencio ser� el que permita que la familia siga como
siempre, por lo que desarrollan una gran fuerza para cargar con esa
responsabilidad. Con frecuencia los ni�os se sinceran con una persona
externa al c�rculo familiar por esta raz�n, es decir, para evitar las
preocupaciones en el entorno familiar.
Los casos de
incesto suelen darse en aquellas familias donde impera la falta de
confianza y las condiciones afectivas necesarias para que los ni�os
re�nan el valor para relatar el abuso.
Consecuencias del abuso
sexual
Cualquier
abuso sexual tiene consecuencias negativas para la v�ctima. Estas
dependen en gran medida de diversos factores como son: el grado de
sometimiento, la edad, la gravedad del abuso, su duraci�n, el grado de
violencia y lo �ntimo de la relaci�n entre el agresor y la v�ctima.
"El abuso
sexual infantil constituye uno de los traumas Ps�quicos m�s intensos y
sus consecuencias son sumamente destructivas para la estructuraci�n de
la personalidad. Es posible comparar sus efectos al de un balazo
ps�quico: produce heridas de tal magnitud en el tejido emocional, que
hace muy dif�cil predecir como cicatrizara el psiquismo y cu�les ser�n
sus secuelas." (Intebi, I. "Abuso sexual infantil. En las mejores
familias" 1998. Ed. Buenos Aires. GRanica).
Las secuelas
pueden ser de tipo f�sico, lo que permite descubrir el abuso de modo
evidente aunque el agresor lo niegue, o de tipo psicol�gico. Las
secuelas psicol�gicas pueden manifestarse despu�s del hecho, aunque en
la mayor�a de los casos se hacen evidentes mucho tiempo despu�s,
especialmente en la pubertad, cuando despierta la sexualidad y el menor
comienza a comprender tanto su propia sexualidad como la del adulto.
Las
intromisiones de los adultos en la sexualidad infantil pueden y suelen
producir da�os a corto, medio y largo plazo. Algunas de las secuelas del
abuso son, a corto plazo: fracaso escolar, aislamiento social,
promiscuidad, miedos, compulsividad, hiperactividad, fobias,
introversi�n, culpabilidad, depresi�n, ideas de suicidio, fatiga, baja
autoestima y conductas antisociales. Entre los efectos derivados a largo
plazo, se incluyen: baja autoestima, miedo a la sexualidad, problemas
sexuales a diversos niveles, mayor tendencia al uso del alcohol y
drogas, mayor probabilidad de prostituci�n que la poblaci�n general,
aparici�n de trastornos de la personalidad y conductas antisociales.
"Por lo
tanto, ante un caso de abuso sexual, lo prioritario es que si est�
pasando, deje de pasar y que si ya ha pasado no pueda volver a suceder."
(De la Cruz Mart�n-Romo, C. "Abusos sexuales. Pensamiento �nico" Bolet�n
de Informaci�n Sexol�gica. Asociaci�n Estatal de Profesionales de la
Sexolog�a. N"27. Octubre-Diciembre 1999).
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