El s�ndrome de
alienaci�n parental:
En el S�ndrome de
Alienaci�n Parental, uno de los progenitores, al que se denomina
"alienador", comienza una campa�a de desvalorizaci�n y desprecio contra
el otro progenitor, al que se denomina "alienado", de modo que el ni�o,
inducido por el progenitor "alienador", e incluyendo sus propias
contribuciones, no quiere ver, estar o incluso hablar con el progenitor
"alienado".
El hijo da pretextos
f�tiles, poco cre�bles o absurdos para justificar su actitud,
manifestando estar absolutamente seguro de que el sentimiento esgrimido
hacia el progenitor alienado es inequ�voco: el odio. Adem�s el hijo
extiende su animosidad a la familia entera y a los amigos del progenitor
alienado.
Afirma que nadie lo ha
influenciado y que ha llegado solo a adoptar esta actitud, defendiendo
al progenitor alienador en el conflicto.
El progenitor alienador es
a menudo una persona sobreprotectora que necesita tener control total
sobre sus hijos, no siendo capaz de reconocer en ellos unos seres
humanos separados de �l.
La raz�n m�s invocada por
el progenitor alienador para la obstrucci�n a todo contacto es el hecho
de que el otro progenitor no es capaz de ocuparse de los hijos y que
�stos no se sienten bien cuando vuelven de la visita. En casos extremos,
llegan a realizar falsas acusaciones de abuso. El progenitor alienador
se opone err�neamente como protector del hijo, violando el principio de
que cada uno de los padres debe favorecer el desarrollo positivo de la
relaci�n entre los hijos y el otro progenitor.
Se considera la existencia
de este s�ndrome cuando el rechazo est� dirigido a un solo de los padres
y no a ambos, es cr�nico, ocurre en todas las situaciones y no coexiste
con expresiones de verdadero afecto o amor. No se considera la
existencia de un S�ndrome de Alineaci�n Parental si el rechazo puede
explicarse como: una reacci�n frente al divorcio de los progenitores,
ansiedad por separaci�n, el car�cter t�mido del ni�o, la evitaci�n de
situaciones inc�modas, la preocupaci�n del ni�o por un progenitor
depresivo o m�s d�bil que el otro o por la mayor afinidad con uno de los
progenitores.
El proceso de desarrollo
del S�ndrome de Alienaci�n Parental es:
1-Campa�a de
desvalorizaci�n: consiste en verbalizaciones por parte del ni�o de
cuestiones negativas sobre el progenitor "alienado" que son meras
repeticiones de consignas escuchadas al progenitor "alienador". En lugar
de confrontar al ni�o con lo absurdo de esos pensamientos, el padre
alienador puede hacer comentarios del tipo: "Yo respeto tus
sentimientos".
2-Racionalizaciones
absurdas en las que basan el desprecio: el ni�o puede dar razones
absurdas para no querer estar nunca con el progenitor "alineado". El
progenitor "alienador" no explica nunca a los ni�os que sus razones no
son l�gicas.
3-Ausencia de
ambivalencia: todos los ni�os saben que las personas, incluso sus
propios padres, son una mezcla de rasgos, algunas de su gusto y otras
no. Los ni�os alienados, sin embargo, ven al progenitor "alineado" como
la encarnaci�n de todas las cosas malvadas que puedan existir.
4- El fen�meno del
"pensador independiente": Los padres "alienadores" adoctrinan a sus
hijos en la desvalorizaci�n del otro progenitor pero niegan esa
participaci�n. Como los menores saben que el progenitor "alienador"
quiere que digan eso y temen que si no lo hacen puedan perder su amor,
mantienen que todo es idea suya.
5- Apoyo reflexivo del
padre "alienador" en el conflicto parental: es lo que se conoce como el
"fen�meno de identificaci�n con el agresor". El ni�o reconoce al
progenitor "alienador" como m�s poderoso y considera que unirse a �l le
proporcionar� protecci�n frente a ser desvalorizado como el progenitor
"alienado".
6-Ausencia de
culpabilidad: los ni�os alienados no muestran empat�a por el progenitor
"alienado". Lo que les permite desarrollar la campa�a de desvalorizaci�n
del padre "alienado" sin sentir disminuida su propia val�a.
7-Guiones aprendidos: los
ni�os usan palabras que generalmente no se correspondan con las
utilizadas por poblaciones de esa edad, y en muchos casos ni siquiera
conocen sus significados.
8- Animosidad de
extenderlo a amigos y familiares del padre "alienado": en este momento
el ni�o comienza a tratar de modo irrespetuoso a una gran cantidad de
adultos. Cada vez que se realiza ese tipo de comportamientos, el padre
"alienador" le apoya, por lo que la conducta queda reforzada y se
repetir�.
Sobre las consecuencias
del S�ndrome de Alienaci�n Parental:
Los ni�os est�n totalmente
indefensos para ayudarse a s� mismos ya que se encuentran en una
situaci�n de dependencia.
Se ven obligados a escoger
entre sus padres, encontr�ndose sometidos regularmente a pruebas de
lealtad. El hijo alienado siente que debe elegir el lado del progenitor
alienador. Es �l quien tiene el poder y la supervivencia del hijo
depende de �l.
En estas circunstancias,
los hijos desarrollan una habilidad especial para no desagradar al
progenitor alienador, de manera que solamente contar�n lo que no les
gustaba durante el derecho de vistita, reforzando as� la idea de que no
les gusta estar con el otro progenitor.
El progenitor alienador
puede hasta permitirse dar la impresi�n de estar sorprendido por la
actitud de sus hijos cuando manifiestan una oposici�n hacia el
progenitor ausente.
Los hijos alienados
reproducen los mismos fantasmas �paranoicos� que el progenitor alienador
hacia el otro progenitor. Por ello, pueden mostrar p�nico con la sola
idea de tener que ir de visita con el otro progenitor. Todos estos
s�ntomas refuerzan a�n m�s el v�nculo patol�gico que tienen con el
progenitor alienador.
Si no se interviene, el
ni�o queda abandonado y crecer� con pensamientos disfuncionales. No es
cuesti�n �nicamente de que el ni�o podr�a no llegar a establecer jam�s
una relaci�n positiva con el padre alienado, sino que sus propios
procesos de pensamiento han sido interrumpidos y coaccionados hacia
patrones patol�gicos.
El s�ndrome de alienaci�n
parental puede inducir en los hijos v�ctimas una depresi�n cr�nica,
trastornos de identidad y de imagen, sentimientos de culpabilidad y de
aislamiento, comportamientos hostiles y, a veces, el suicidio.
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