La Psicología es la ciencia que estudia el comportamiento humano en su medio o situación. La Psicología de la Salud se encarga de analizar el comportamiento, predecirlo en el futuro y cambiarlo si ese es el deseo de la persona.

Las dificultades psicológicas se constituyen como tales cuando una persona valora su comportamiento o el de otras personas como problemático. Aunque comúnmente se piense que un problema psicológico está “en el interior” de una persona, los problemas psicológicos lo son en la medida en que la persona desempeña comportamientos inadecuados y/o ineficaces con su entorno.

El enfoque cognitivo-conductual considera que los comportamientos se aprenden de diversas maneras. Mediante la propia experiencia, la observación de los demás, procesos de condicionamiento clásico u operante, el lenguaje verbal y no verbal… todas las personas durante toda su vida desarrollan aprendizajes que se incorporan a sus realidades biográficas y que pueden ser problemáticos o funcionales.

Lo que hace el psicólogo o psicóloga cognitivo-conductual es aplicar a cada dificultad los modelos que explican cómo cambia el comportamiento general. Para ello, es necesario conocer en profundidad cuál es el comportamiento problemático, en qué situaciones sucede, con qué frecuencia e intensidad ocurre, etc. Analizarlo después en términos de sus antecedentes, sus consecuentes, su historia general de aprendizaje, sus condiciones biológicas y su entorno social. Y finalmente elaborar un proceso terapéutico único.

Las técnicas cognitivo-conductuales van dirigidas pues a tratar de cambiar estos comportamientos problemáticos, aumentando unos y disminuyendo otros, creando nuevos comportamientos, ayudando a relativizar o mejorar otros, y un largo etcétera, buscando siempre el objetivo de que la persona adapte eficazmente sus comportamientos a su entorno.