Aquí tienes los 5 pasos para mejorar tu autoestima:

1. Cambia tu forma de interpretar la realidad.

Detecta tus pensamientos negativos automáticos.La mente produce continuamente órdenes, advertencias, indicaciones, recomendaciones, recuerdos, etc. Los pensamientos fluyen constantemente y es importante aprender a distinguir cuáles son perjudiciales. Apuntarlos puede ayudar a detectarlos: sirve para descubrir los pensamientos automáticos negativos e identificar los errores que se producen.

Elabora pensamientos alternativos. Sustituye el pensamiento erróneo por uno positivo, o al menos neutro, que parta de una evaluación razonable y más exacta de ti mismo/a. Intenta que el pensamiento alternativo sea energético, creíble, concreto, que no te descalifique y que te marque el camino para el cambio. Por ejemplo, en lugar de decirte “Soy lo peor”, sustituye ese pensamiento por “Gritando no voy a resolver nada, ¡PARA! ¡RELÁJATE! Eres capaz de encontrar una solución”.

Recuerda, la realidad no se puede cambiar, pero sí la forma en que la interpretas.

2. Afronta situaciones conflictivas.

Las personas con problemas de autoestima suelen responder a los conflictos de dos maneras: evitando la situación o enfrentándose a ella con una gran agresividad. Ambos tipos de respuestas refuerzan la falta de autoestima.

Conocer y defender tus derechos asertivos te ayudará a tomar decisiones y sentirte más seguro/a ante las posibles manipulaciones o chantajes de otros/as. Aprende a expresar de forma asertiva tus quejas, comunicando de forma apropiada tus decisiones, te sentirás más seguro/a.

LAS PERSONAS TENEMOS DERECHO A…
  • Considerar que nuestras necesidades son tan prioritarias como las de los demás.
  • Equivocarnos y no sentirnos mal por ello.
  • Tener y expresar nuestros propios sentimientos y opiniones, aunque los demás no las compartan o acepten.
  • No tener siempre una explicación para los demás sobre lo que sentimos o hacemos.
  • Cambiar nuestra forma de pensar o actuar sobre un tema o cuestión concreta.
  • Reclamar por haber sido tratados/as de forma injusta.
  • Pedir información cuando lo necesitemos.
  • Pedir un deseo, un favor, un cambio de comportamiento, ayuda o apoyo emocional, recordando que la otra persona tiene derecho a negárnoslo y no sentirse mal ante la negación.
  • Sentir y manifestar emociones negativas como ira, dolor, rabia, …
  • Decidir si nos comportamos según los consejos de los demás o si lo hacemos según nuestros propios intereses.
  • Negarnos ante cualquier petición que nos hagan sin tener que sentirnos mal por ello.
  • Decidir estar solos/as aunque los demás demanden nuestra compañía.
  • No tener que adivinar qué necesitan, piensan y desean los demás si no nos lo comunican.
  • Ser independientes.
  • Ser escuchados/as y tomados/as en serio.
  • Adquirir aquello por lo que hemos pagado.
  • No sentirnos responsable de los problemas de otras personas.
  • Triunfar.
  • Ser felices.
  • Ser respetados/as y tratados/as con honradez.
  • Progresar aunque aventajemos a los demás.
  • Reflexionar antes de tomar una decisión.
  • Querernos a nosotros/as mismos/as.
  • No ser utilizados/as por los demás.
  • Aprender.
  • No hacer siempre las cosas perfectamente.
  • Tener derechos y defenderlos.

Recuerda, tener en cuenta tus derechos te permitirá establecer una relación más sana contigo mismo/a y con los demás.

3. Aprende a controlar tu comportamiento

El desahogo que puedes tener tras un episodio agresivo aporta una increíble sensación de poder sobre los demás, pero posteriormente las consecuencias tienden a ser negativas (culpa, rupturas relacionales, etc.).

Estas reacciones se deben a la ausencia de un diálogo interno que dirija tus acciones y controle tus impulsos. Toca entonces entrenar el autocontrol: aprender a pensar en tus objetivos, a hacer planes de acción y a anticipar consecuencias y evaluar sus posibles resultados, facilita la dirección de tus acciones para intentar obtener resultados que conserven o aumenten tu autoestima.

Recuerda, ser capaz de comportarte de un modo diferente te hará sentir que las cosas están bajo tu control.

4. Resuelve problemas

Resolver un problema de forma eficaz significa dar una solución para cambiar la situación problemática con la que se obtengan un máximo de beneficios y un mínimo de costes.

Existen diferentes tipos de respuestas ante los problemas en función de la historia de aprendizaje, de las creencias que tenga cada uno/a de su capacidad de solucionar problemas y de las reacciones de los demás: que se motiven para solucionar problemas; que eviten solucionarlos, que discutan y no los resuelvan o que se peleen sin resolverlos.

Reconoce el problema, defínelo, piensa en posibles soluciones, elige la que te parezca más adecuada, diseña un plan y ponlo en marcha. Afrontando los problemas aumentas tus sentimientos de competencia y valía personal, lo que te ayudará a sentirte mejor contigo mismo/a.

Recuerda, los problemas son inevitables, no se trata de tener la solución perfecta, sino de crear tu estrategia de resolución.

5. Reduce tus exigencias y sé más permisivo/a contigo mismo/a

Las auto-descripciones negativas pueden ser el resultado de: una experiencia que modificó la imagen de ti mismo/a y que prevalece sobre otras situaciones, imitación de adultos significativos, descripciones habituales por personas significativas, etc.

Una vez que adoptas una etiqueta para describirte, tiendes a atribuir otras características asociadas. Las etiquetas tienden a ser exageradas y pocas veces coinciden con la realidad.

Junto a las etiquetas, las autocríticas también suelen formar parte del diálogo interno diario.

Identifica etiquetas negativas y autocríticas y conviértelos en metas de cambio.

Recuerda, no te fijes ideales imposibles y valora tus progresos.

Si estás interesado/a en mejorar tu autoestima, en Terapia y Más podemos ayudarte.

Julia Silva García.

Psicóloga de Terapia y Más.

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