En terapia de pareja no hablamos de dos personas, si no de dos personas y su relación. Dicha relación es dinámica, cualquier cambio en alguno de los miembros que la componen o en el entorno va a requerir reajustes en el funcionamiento habitual de la pareja.
La terapia de pareja se ocupa de todo tipo de dificultades derivadas de la vida en pareja: dificultades en la comunicación, divergencia en la gestión del tiempo, del ocio, de las tareas domésticas, de la educación de los/as hijos/as, de la economía, con las familias de origen, etc.; problemas de celos, habilidades para iniciar relaciones, dificultades emocionales, problemas de confianza, infidelidades, gestión de la separación, etcétera.
El papel del sexólogo/a puede ser acompañar y guiar en el proceso de cambio, enseñar nuevas estrategias o ayudar a que la persona o la pareja resuelva sus problemas.
Para que una intervención en pareja sea eficaz, se requiere del trabajo conjunto entre el terapeuta y la pareja.
