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¡Vamos de paseo!
Claves para que niñas y niños recuperen las calles Antes: Informa con tiempo suficiente. Escucha y empatiza con sus emociones y valídalas sin juzgarlas. Ayuda a ajustar sus expectativas con la realidad. Explica las nuevas normas. Aclara sus dudas e inquietudes. Permite que elija dónde, cuándo y cómo salir, dependiendo de las posibilidades. Ensayad en casa. Muestra calma, seguridad y confianza. Durante: Respeta su ritmo y tiempo. Elige un momento tranquilo y sin prisas. Observa y guía el comportamiento. Centra la atención en lo que depende de su control y en lo que aporta seguridad. Plantea un reto, un juego, una aventura en la que descubrir lo que sigue igual y las novedades, quién lo hace bien y quién no tanto… Sustituye las regañinas y amenazas por alternativas adecuadas. Intenta mantener la calma. No esperes que salga perfecto. Recuerda que estáis aprendiendo. Después: Pregunta cómo se ha sentido. Refuerza las emociones agradables y los comportamientos adecuados. Revisad lo que se puede mejorar. Mañana habrá una nueva oportunidad. Si el miedo y/o la evitación a salir persisten, consulta con un/a Psicólogo/a. Julia Silva García. Psicóloga Sanitaria en Terapia y Más.
Comunicado de Terapia y Más
Desde Terapia y Más (Centro Sanitario CS-13436), siguiendo con las directrices de las Instituciones Públicas y Sanitarias por el Coronavirus-Covid 19, suspendemos temporalmente la atención presencial. Para garantizar la continuidad de todos los tratamientos y poder iniciar intervenciones psicológicas con todas las personas que necesiten nuestra ayuda, ofrecemos atención psicológica online y telefónica. Cuidar el equilibrio emocional es importante para afrontar los cambios que esta situación supone en nuestras vidas. Si deseas mejorar tus estrategias o consideras que puedas tener alguna dificultad, no dudes en contactar con nuestro equipo. Estamos a vuestra disposición en losteléfonos 91 326 67 74 / 630 58 88 51 y en el mail info@terapiaymas.es Podéis seguirnos en Twitter @TerapiayMas y en Facebook Terapia y Más, donde publicaremos recomendaciones para afrontar eficazmente esta circunstancia. Desde Terapia y Más queremos enviar un mensaje de apoyo a las enfermas y enfermos, a sus familiares y a las personas que hayan perdido a algún ser querido en estos días. Deseamos mostrar nuestro reconocimiento y agradecimiento a los profesionales sanitarios. Nos sumamos al reto #YoMeQuedoEnCasa y deseamos estar muy pronto junto a todas y todos. Equipo de Terapia y Más.
GUÍA DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
En Terapia y Más somos firmes defensores de la Educación Sexual Integral para todas las personas. En este marco, nuestro compañero Daniel Santacruz ha colaborado con Save The Children España en la elaboración de una guía de Educación Sexual Integral para Familias y un curso online gratuito «Respuestas fáciles a preguntas difíciles». Si quieres apuntarte, sólo tienes que entrar aquí y matricularte en el curso o descargarte la guía. ¡Es gratuito! Y si te gusta, ¡compártela!
CONSULTORIO: ¿PODRÍA GUSTARME TANTO UN JUGUETE ERÓTICO QUE PERDIERA EL INTERÉS POR MI PAREJA?
Hace unos meses, nos escribieron preguntando si podría una persona acostumbrarse tanto al uso de un juguete erótico que luego las prácticas en pareja no le resultaran estimulantes. A continuación, os dejamos algunas claves sobre la respuesta que le dimos e inauguramos nuestro consultorio: ¿Podría gustarme tanto un juguete erótico que perdiera el interés por mi pareja? Por poder, claro que puede ocurrir, pero no es algo frecuente. Para ello, se nos ocurre que tendrían que confluir varios factores, pero los dos principales serían: que el placer obtenido a través del juguete fuera inigualable y que el placer que depende de la magia de la pareja fuera igualable. Veamos ambas posibilidades. Por un lado, los accesorios eróticos representan una posibilidad más dentro del abanico de la erótica. Nadie debe obligarse ni obligar a utilizarlos, como nadie debe sentirse obligado/a a practicar una penetración. Los accesorios eróticos están diseñados para ofrecer distintas formas de sentir. Y por supuesto, esta experiencia dependerá de toda la biografía de esa persona en cuestión, del momento determinado, de si decide que los juguetes sean algo individual o algo a usar en pareja… En cualquier caso, sería como preguntar si comer dulces puede hacer que te dejen de parecer apetecibles las verduras; por pasar puede pasar, pero las personas disfrutan de la variedad de alimentos igual que disfrutan de la variedad de prácticas eróticas, porque cada una te acerca a una faceta del placer distinta. En la variedad está el gusto. Además, el uso de juguetes eróticos en pareja suele conllevar una significación distinta. Es decir, las parejas que usan juguetes o accesorios no los usan en todos y cada uno de sus encuentros, sino en los que les apetece. Volviendo a las metáforas, obviamente el cara a cara es la mejor manera de comunicar y comunicarse, pero eso no quita que las personas también utilicemos teléfonos, mensajes de texto, etc. El otro factor importante sería la pericia de la pareja, entendiendo que puede referirse tanto a las pocas habilidades del otro o la otra, como a las falta de magia, de chispa, de salero que se genere entre ambos, lo que en psicología llamaríamos interacción. La sexualidad sirve para muchas cosas -aunque nos empeñemos en reducir sus funciones a dos: el placer y la reproducción-. Aparte de diferenciarnos y construirnos como seres únicos, la sexualidad sirve para aprender, para conocer y conocernos. Todos y todas aprendemos a lo largo de su vida a tocar y ser tocados, a expresarse, a decir qué les gusta y qué no, qué partes del cuerpo nos gustan que nos acaricien, en qué contextos, de qué formas… Y la única forma de aprender es probando. Tristemente existen personas que no han tenido muchas clases, teóricas y prácticas, y su repertorio erótico es pobre o poco interesante. Otras veces el propio recorrido de la pareja puede reducir o extinguir estas habilidades. Pero es cierto que existen personas y parejas que no son capaces de darse placer. En ese caso, hay varias opciones. Hay parejas que deciden vivir sin una erótica o sin una erótica genitalizada, otros buscan ayuda, otros se dejan, otros tratan de ayudarse… Lo relevante es saber expresar lo que está sucediendo e involucrarse en una búsqueda de soluciones. Y ya en otro nivel tendríamos la adicción. ¿Podría desarrollarse una adicción por un juguete erótico? Pues sí. Pero recuerda que para que podamos hablar de adicción debería existir una funcionalidad distinta al placer, es decir, ya no uso el juguete para darme placer, sino para calmar mis nervios, para evitar las relaciones con mi pareja, para evitar el contacto con las otras personas… Tendría que percibirse una falta de control en su uso; y también, tendría que existir una repercusión intensa en la vida cotidiana, esto es, dejo de ir a trabajar, de disfrutar de mi tiempo libre, de relacionarme con otras personas, etc. Así que, en resumen, lo habitual es que no ocurra. Los juguetes y accesorios eróticos, tanto a solas como en pareja son un aderezo, un ingrediente extra, una posibilidad más que explorar. Si en el algún momento sucede lo que nos planteabas, busca y encuentra, probablemente hay algo más. Daniel Santacruz. Psicólogo y Sexólogo en Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo Credits (1) Tambako the Jaguar <a href=»http://www.flickr.com/photos/8070463@N03/34196380060″>Otter with ball</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/»>(license)</a> (2) arbyreed <a href=»http://www.flickr.com/photos/19779889@N00/33159762251″>Really Terrific Egg</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/»>(license)</a>
EL DÍA DEL ORGASMO
Hoy es 8 de agosto, Día Mundial del Orgasmo. ¿Por qué? Pues porque hace unos años varias tiendas eróticas lo instauraron como estrategia de publicidad para vender más. Qué más da. Necesitaba tener un día. Y qué mejor que en el mes del calor y del tiempo libre. ¿Te aburres? Pues ponte en marcha. Te contamos diez curiosidades sobre el orgasmo femenino. Algunas son las de siempre, pero otras a lo mejor te sorprenden. No sabemos exactamente cómo es un orgasmo A ver, claro que se sabe. Se ha sabido siempre aunque no se estudió empíricamente hasta los años 60. Es una respuesta refleja ante la estimulación de los genitales que provoca una sensación de placer intenso. …una pequeña obnubilación… Pero como se trata de una sensación, sólo accesible a quién la siente, cada una siente su orgasmo. Algunas mujeres describen una pequeña pérdida de conciencia, un acaloramiento que sube desde los genitales, una agradable liberación de tensión, una sensación repentina de relax. Así que cada orgasmo es diferente. Todos los orgasmos tienen componentes orgánicos en común (liberación de endorfinas, espasmos musculares) pero varían enormemente en cada mujer y en cada situación. Los orgasmos están en el cerebro, no en el clítoris o en la vulva. No tiene nada que ver con el placer ni con el amor Es cierto que el placer y la excitación erótica son la antesala al orgasmo. Pero existen muchas evidencias de que son independientes. Por ejemplo, se estudió a mujeres mientras se autoestimulaban y se les pidió que pulsaran un botón cuando ellas consideraran que el orgasmo empezaba y acababa. Pues bien, se encontró un alto porcentaje de mujeres en las que la respuesta fisiológica no coincidía con la percepción psicológica. Además, se han descrito orgasmos en situaciones más relacionadas con dolor como el parto o un encuentro forzado. Por otro lado, aunque el amor, la vinculación afectiva, la intimidad… pueden ser facilitadores de la sensación de orgasmo. Éste puede aparecer perfectamente en personas con baja autoestima o en encuentros con personas a las que no “amamos”. Se puede tener un encuentro sin orgasmo Oh, qué dato más novedoso, pues claro que se puede. En realidad, se incluye este punto por la cantidad de mujeres que se fuerzan a tener un orgasmo, que sólo entienden que han “follado” si hay orgasmo, a todas esas parejas que sólo quieren hacerla orgasmar, etc. El orgasmo es una posibilidad, agradable, positiva, valiosa. Pero es una posibilidad. Cuando nos empeñamos en “tener que llegar” al orgasmo, lo paradójico es que no llegamos. Convertir el placer en deber nunca es buena idea. Así que a disfrutar de los encuentros sin orgasmos porque pueden ser igual de placenteros. Se puede sentir un placer inmenso a través del beso y el cuerpo, se puede sentir placer intenso por la estimulación genital sin un fin concreto, se puede sentir placer al hacer que la pareja sienta placer… No hay orgasmos vaginales y orgasmos clitorianos Técnicamente sí, pero en la misma medida que hay orgasmos anales, orgasmos bucales u orgasmos “cejales”. La sensación de orgasmo está en el cerebro y el desencadenante ideal es la estimulación del clítoris… pero el resto del cuerpo también puede provocar un orgasmo. ¿Cómo lo sabemos? Pues gracias a mujeres con lesión medular, a mujeres cliterodictomizadas –ablación– y a otras grandes exploradoras de sus propios cuerpos que han descubierto distintas vías de sentir un orgasmo. Puede que en la película del Orgasmo al Desnudo, el protagonista sea el clítoris, pero hay todo un elenco de secundarios deseando comérselo, metafóricamente. No todos los orgasmos son iguales Vaya, otra obviedad. Pero sí, si estás pensando que no has tenido nunca uno, que hace mucho que no lo sientes o que empiezas a habituarte a tus encuentros y a tus orgasmos, que sepas que hay una gran variedad. Depende de la situación (por ejemplo, no es igual el orgasmo cuando empezamos con una nueva pareja que cuando salimos de trabajar diez hora seguidas) y depende de la práctica (la automasturbación es una buena apuesta, pero también la masturbación por parte de la pareja, las prácticas anales, las bucogenitales, los juguetes). Amén del resto de lugares y circunstancias que pueden provocar orgasmos. Puede ocurrir haciendo ejercicio aeróbico, entrenando los músculos pubococcígeos como en el yoga, en un examen ginecológico, durante el sueño… Tiene efectos positivos Es cierto que no es una necesidad tan vital como comer o dormir, porque su falta no produce la muerte básicamente; pero puede tener consecuencias deseables. Entre ellas: mejoran el estado de ánimo y la autoestima, merman o distraen de distintos dolores musculares, menstruales o las cefaleas (¿chiste fácil sobre el “me duele la cabeza”?), ayudan a la conciliación del sueño, parece que facilitan la concepción, etc. El orgasmo se aprende A orgasmar también se aprende. Sí, sé que escribí que era un reflejo; pero también he hablado sobre la impresionante importancia de los componentes psicológicos. Nuestra biografía, experiencias, creencias, ideas, deseos, pensamientos, nuestras relaciones, nuestro día a día, nuestra educación sexual y demás influyen directamente en el orgasmo. No es raro, en terapia, tener que abordar distintas áreas (familia, pareja, trabajo) o encontrarnos con entornos familiares muy erotofóbicos ante las demandas de dificultades para experimentar el tan deseado orgasmo. Así pues, sentirlo es una habilidad que se aprende, y como el resto de habilidades, necesita habilidades más básicas previas. Para multiplicar necesitas saber sumar. Para sentir un orgasmo necesitas conocer tu propio cuerpo, aceptarlo y apreciarlo, es útil la auto-masturbacion, necesitas una comunicación eficaz, etcétera. Los orgasmos a la vez sólo existen en el cine No sé en qué se basarán los directores y guionistas de cine y televisión, pero el orgasmo al unísono es tan difícil de creer como el “me voy a estudiar a casa de un amigo” o como una foto de perfil sin filtros. Cada persona siente sus orgasmos mediante una estimulación distinta, tras una dedicación diferente y reaccionan de múltiples maneras. Muchas mujeres esperan gritos y arañazos cuando esto rara vez ocurre. La representación de los encuentros eróticos influye enormemente en nuestro sistemas de creencias y expectativas ante los propios encuentros. Tú (o tú y tu pareja) eres quién marca cómo son tus orgasmos. Lo mejor para el orgasmo no es el coito. Ni el hombre. Me explico, los orgasmos en pareja son una maravilla, pero existe frecuentemente la creencia de que es “el hombre” (i.e. la pareja) quien me tiene que “dar” un orgasmo, “llevar” al orgasmo, “tiene que saber cómo”… Error. El placer y el orgasmo son nuestra responsabilidad. En pareja es un plus, porque añadimos al juego el ingrediente de que el otro me enseñe sus rutas de exploración y placer; pero la expedición sigue capitaneada por una misma. Y en cuanto al coito, ahí ya hay más materia. Tenemos evidencias suficientes para afirmar que la penetración pene-vagina no asegura –casi ni acierta– a desencadenar el orgasmo. En la mayoría de estudios 2 de cada 10 mujeres experimentan un orgasmo únicamente con penetración vaginal. La estimulación externa o interna del clítoris, el resto del cuerpo, las palabras, las miradas, la situación, en resumen, trabajar el erotismo sí que facilita esta anhelada sensación. El orgasmo femenino y el masculino No quería meterme a hablar de hombres en este artículo, pero oye, no se puede entender un sexo sin el otro. Hay diferencias entre el orgasmo masculino y el femenino. O mejor dicho, hay diferencia en la respuesta orgásmica de los genitales masculinos y los femeninos. La ciencia nos apoya en asegurar que los orgasmos de clítoris, vulva y compañía tienden a durar más, a ser más intensos, a necesitar de una estimulación más duradera y variada que los de sus compañeros pene y testículos. Además, mientras el orgasmo masculino presenta un patrón más sencillo (un único orgasmo y un periodo de tiempo variable antes de sentir el siguiente), el orgasmo femenino puede presentar tres posibilidades: la multiorgasmia (dos o tres orgasmos seguidos), la plataforma orgásmica (un orgasmo menos intenso pero más mantenido en el tiempo) o el orgasmo estándar (una sensación intensa y un periodo de tiempo hasta la siguiente). A nivel psicológico, pues cada cuál sabrá. Lo cierto es que ambos sexos apreciamos los orgasmos, nos relajan, nos vinculan y nos relacionan. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo Credits (1) Denis Bocquet <a href="http://www.flickr.com/photos/66944824@N05/32944283920">"L'appel du désir pour des rappels de plaisir" Paris 2017 by Miss.Tic</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/">(license)</a> (2) Frnbrnks <a href="http://www.flickr.com/photos/10188967@N07/4477272181">Prn*3: Climax</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">(license)</a> (3) Lucas Frasca || xxx my art || <a href="http://www.flickr.com/photos/78963364@N08/25488063594">designed to feel²</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">(license)</a> (4) Frl. Schrödinger <a href="http://www.flickr.com/photos/44913276@N07/4916665711">Lady having fun</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a> (5) aescoba <a href="http://www.flickr.com/photos/9761257@N06/4693122317">Petite Mort</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/">(license)</a>
MIEDO A VOLAR Y REALIDAD VIRTUAL
El pasado domingo colaboramos con Informativos Telecinco para hablar del miedo a volar y Realidad Virtual. Aquí te dejamos el vídeo y todo lo que quedó cortado en la edición. ¿Qué es el Miedo a Volar? La aerofobia o miedo a volar es una reacción de miedo intenso ante la situación de montar en avión. A veces, puede ser muy específica (el momento del despegue, del aterrizaje o las temidas turbulencias) y otras veces más general (acercarse al aeropuerto, estar en la puerta de embarque, etcétera). Las personas que lo desarrollan notan en estas situaciones una fuerte activación corporal por miedo (taquicardia, tensión muscular, sudoración, problemas estomacales) y pensamientos muy catastrófistas («me va a pasar algo», «voy a morir», «no puedo salir de aquí», «esto se va a estrellar»). Pueden reaccionar de dos formas generalmente. Algunas personas evitan la situación y se niegan a montar en avión; mientras que otras personas se exponen pasándolo muy mal y recurriendo a estrategias como la medicación, el alcohol o los infructuosos intentos por distraerse. ¿Se puede superar? Claro que sí. Este miedo es muy frecuente en consulta y sus índices de recuperación son altos. La terapia implica una evaluación del origen y mantenimiento del problema y el tratamiento por exposición. Como cualquier miedo, la clave es afrontarlo. Existe la posibilidad de hacerlo directamente a la situación más temida (implosión). La posibilidad de afrontar gradualmente a situaciones temidas de menor a mayor intensidad y dejar que la repuesta de miedo vaya extinguiéndose lentamente (exposición). Y la posibilidad de entrenar la repuesta de relajación en esas situaciones (desensibilización sistemática). Y en todos casos, se puede hacer en vivo o en imaginación. Las tres posibilidades son efectivas y cada una está recomendada para cierto tipo de situaciones y para cierto tipo de personas. Por ejemplo, el miedo a montar en avión era muy difícil de reproducir en consulta, por lo que se recurría a entrenarlo en imaginación. Mientras que otras fobias, como a animales, podían tratarse con más facilidad. La terapia también incluye entrenar en relajación diafragmática ante la repuesta de miedo y modificar falsas creencias que mantienen el miedo. ¿Qué aporta la Realidad Virtual (RV)? La RV permite reproducir con mayor grado de realismo y fidelidad las situaciones temidas; por lo que el sujeto puede afrontar la situación de forma más eficaz, ya sea mediante exposición (dejar que el miedo desaparezca poco a poco) o desensibilización (entrenar la respuesta de relajación). Como se ve en el vídeo consiste en colocarse las gafas de RV, experimentar la situación e ir esperando o provocando la relajación. Una vez se haya superado una situación poco temida, puede pasarse a la siguiente. Por ejemplo, en el miedo a volar suele comenzarse con la espera en la puerta de embarque para pasar al finger y luego a la cabina. Habitualmente, los y las consultantes requieren de menos sesiones de tratamiento al utilizar esta técnica. ¿Te animas? Julia Silva y Daniel Santacruz. Psicólogos y Sexólogos en Terapia y Más. «El despegue, el aterrizaje y las turbulencias son las situaciones más temidas» Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo Credits: (1) photo credit: Georgie Pauwels <a href=»http://www.flickr.com/photos/53662163@N06/33687490775″>Fly Robin fly</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/»>(license)</a> (2) photo credit: Peter Heeling. Public Domain.
LA FÓRMULA PARA APROBAR
Durante estos días uno de los temas de conversación más recurrentes en los grupos de padres y madres son las notas de los/as hijos/as. «Al mío le han quedado tres, no sé qué le pasa», «Lo que me preocupa es que el verano se convierte en una batalla diaria para conseguir que se ponga», «No sabemos si quedarnos en casa en lugar de irnos de vacaciones», «dudamos sobre qué será mejor, si apuntarle a una academia, que se lo trabaje sólo/a, contratar un profesor/a particular»… Ni sacando buenas notas se disipan las dudas: «No sé si conviene que siga haciendo tareas», «Quizá venga bien irle enseñando temas del próximo curso», «¿Será más conveniente dejarle a su libre albedrío? ¿No se aburrirá con tanto tiempo libre?»… En nuestro ánimo por ayudar, hemos escrito esta entrada. Pero si esperabas encontrar la fórmula mágica, lo lamentamos, no sigas leyendo. Aquí sólo encontrarás algunas pinceladas para aprender a valorar el aprendizaje más allá de las notas y algunas recomendaciones que esperamos te ayuden a encontrar la fórmula mágica para tu hijo/a, aquella que le haga sacar a la luz sus talentos, le facilite el proceso de aprendizaje y le permita seguir disfrutándolo a lo largo de la vida. No evalúes sus capacidades sólo en función de las notas Las notas no lo son todo, hay mucho por descubrir más allá de las notas… En ellas se evalúa las habilidades y conocimientos adquiridos durante el curso pero no dan toda la información sobre sus talentos, ni condicionan su futuro. Mientras que las habilidades son las capacidades para hacer las cosas bien, los talentos revelan lo bien que pueden llegar a hacer algo. Potencia sus habilidades Trata de poner a su alcance experiencias y problemas cotidianos para que experimente. A medida que descubra habilidades, irá comprobando qué cosas le producen placer. La motivación proviene del talento, que es aquello que nos hace brillar. Todas las personas brillamos en algo y se trata de intentar descubrirlo. Puede que durante las vacaciones descubras que le encanta nadar, ir al campo a observar animales, pintar, tocar algún instrumento, relacionarse con otros/as, contar chistes, jugar a juegos de mesa, hacer deporte… A través de los talentos le ayudarás a sentirse más motivado/a, seguro/a y más capaz de afrontar cuestiones que le parezcan difíciles. Aprovecha el verano para que haga esas actividades que despiertan sus talentos e intenta organiza el próximo curso de manera que pueda seguir cultivándolas dentro o fuera del horario escolar. Descubre sus centros de interés Cada niño/a suele mostrar interés por unos temas, intenta descubrir sus centros de interés y utilízalos como vehículo para aprender los contenidos y habilidades del currículo escolar. Por ejemplo, si le interesa mucho el fútbol y necesita entrenar lectura, busca libros de esa temática. Si lo que le gusta cocinar, saca de la estantería los libros de recetas que tengas por casa y explícale las unidades de medida usando los ingredientes. Si le gusta el teatro, podréis montar un espectáculo y trabajar, por ejemplo, lengua y literatura a través del guión, matemáticas con el presupuesto, artes plásticas en el vestuario y el atrezzo, geometría y dibujo técnico mientras diseñáis el decorado, etc. Adapta las materias a su estilo de aprendizaje Y es que cada persona tiene un estilo de aprendizaje: el visual/espacial aprende más fácilmente usando imágenes, dibujos, figuras, mapas mentales, etc. El intrapersonal/solitario prefiere trabajar y estudiar de forma individual, así se concentra más. El interpersonal/social rinde y aprende más en la interacción con los demás, trabajando en grupo, comentando los temas, etc. El que tiene un estilo lógico/matemático aprende más llevando a cabo procesos lógicos, razonamientos que le lleven a conclusiones. La persona con estilo físico/kinestésico interioriza mejor utilizando el cuerpo, las manos, el tacto y el movimiento para aprender. El verbal/lingüístico aprende mejor a través de la palabra hablada o escrita. Por último, el auditivo/musical aprovecha más cuando escucha lo que ha de aprender y cuando lo relaciona con ritmos. Conocer el estilo de tu hijo/a te ayudará a entender sus necesidades. Si tu hijo/a tiende al estilo físico/kinestésico, estar sentado/a en una silla hasta que se aprenda la lección de anatomía será una batalla perdida, mejor que aprenda bailando, así podrá asociar los movimientos con los huesos y los músculos. Mientras que si es más de estilo visual/espacial, le resultará más fácil aprenderlo viendo dibujos. Si su estilo es verbal/lingüístico, le vendrá fenomenal grabarse explicándolo y escuchar la grabación. A la persona con estilo de aprendizaje interpersonal se lo podrás más fácil si le permites que haga un trabajo con otros/as. Ten en cuenta que cada estilo no es excluyente de los demás, la misma persona aprenderá más fácilmente utilizando un estilo u otro en función del tipo de contenido o habilidad. Por ejemplo, aunque tenga más tendencia al estilo lógico-matemático, podemos pensar que le resultará más sencillo aprender los ríos de España entendiéndolos, quizá para ese tipo de materia le ayuden más los recursos visuales o musicales, o incluso un combinado de varios. Utiliza todos los recursos que se te ocurran Hay vida más allá del libro, papel y bolígrafo. Los juegos, las manualidades, las nuevas tecnologías, documentales, visitas a museos, comprobar en la realidad lo que se está aprendiendo, practicarlo en las actividades cotidianas… Todo lo que se aprende asociado a emociones, vivencias y movimiento se adquieren mejor. Intenta incorporar lo que esté dentro de tus posibilidades. Si está estudiando las grandes civilizaciones, adquirirá un aprendizaje más significativo si hacéis una visita al Museo Arqueológico Nacional que si pasa horas delante de un libro. También podrá ayudarle visitar ciudades que tengan ruinas, ver documentales o buscar en Internet. Refuerza los aprendizajes en lo cotidiano. Si quieres reforzar los aprendizajes adquiridos durante el curso, no es obligatorio comprar un cuadernillo de verano, ya que también puedes hacerlo a través de las actividades cotidianas, como reforzar la adquisición de la escritura realizando la lista de la compra o escribiendo cartas o postales a amigos/as, reforzar expresión escrita haciendo un diario de verano, o sumar y restar con las vueltas de la compra. Flexibiliza su capacidad de atención Puede que su capacidad de atención no encaje en los objetivos marcados. Los hijos e hijas nacen en un mundo sobrecargado de tecnologías a través de las que reciben estímulos e información variada, y si se cansan, pasan a otra cosa y solucionado. Las clases requieren unas estrategias que no suelen entrenar en su vida cotidiana: han de estar en silencio, sentados y sin distraerse, atendiendo a la explicación de un/a profesor/a que no en todas las ocasiones se apoya en material… Puf, ¡eso requiere mucho esfuerzo! Ya que, por el momento, el sistema educativo no suele adaptarse a las características de los aprendices (aunque cada vez hay más conciencia de las necesidades de cambio, aún queda mucho camino por recorrer), quizá puedas ayudar a tu hijo/a entrenando su capacidad de atención sostenida. Se calcula que el tiempo que una persona puede mantenerse atenta en una actividad es su edad más 2 (Atención sostenida = edad cronológica +2). Teniendo en cuenta esta fórmula, un/a niño/a de 5 años podrá estar atento/a a una actividad 7 minutos. A partir de ese tiempo, necesitará descansar cambiando de tarea. Por más que te empeñes en que esté más tiempo, no hay nada que hacer, ya que el cerebro no está preparado para aguantar más, lo único que conseguirás es cansarle más y dificultarle que retome la actividad. Organiza los tiempos de tareas teniendo en cuenta esta característica. Que haga una ficha, descanse 5 minutos, que lea unas páginas de una libro y se vaya a jugar, que retome y haga cálculo, para después dar unos toques al balón, … Aumenta progresivamente el tiempo. Relaciona el estudio con emociones positivas Se aprende mejor con emociones positivas. Intenta que el momento de estudiar, hacer tareas o aprender, esté asociado a tranquilidad, diversión, alegría, superación, calma… Porque el cerebro está abierto a aprender cuando está en calma y no ha de ocuparse en otros menesteres. Si la situación de aprendizaje activa en tu hijo/a emociones como miedo, ansiedad, tensión, frustración,… Su cerebro estará ocupado en pensar en estrategias para luchar contra la situación o lograr huir de ella. Puedes facilitar que el momento de aprender sea positivo realizando alguna técnica de relajación antes de empezar, recordando a tu hijo/a que superando dificultades también se aprende, poniendo un tiempo de estudio que se adapte al momento en que él/ella tenga la sensación de que se concentra más, reforzando el esfuerzo y tratando los errores como mecanismo de aprendizaje. Intenta no bloquear la creatividad Permite que explore límites, facilita que se relacione con personas de su edad, que realice actividades al aire libre todos los días, tiempo de juego libre, que observe y haga las cosas a su ritmo… Que mantenga despierta la curiosidad innata. Si se queda observando una hormiga durante media hora, que lo haga, ya que, si para él/ella es importante, es que lo es. No vigiles a tu hijo/a mientras está solo/a, porque si se siente observado/a su capacidad creativa se apagará. Aprende técnicas de estudio y de aprendizaje A veces, la exigencia de aprendizaje va en aumento pero los/as estudiantes no van adquiriendo estrategias para aprenderlos. En ese caso, puede que le convenga aprender técnicas y estrategias de aprendizaje. En Terapia y Más ofrecemos sesiones de entrenamiento en técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje. Puedes consultar la información en https://www.terapiaymas.es/coaching-en-tecnicas-de-estudio/ Si hay lagunas de comprensión y adquisición de contenidos y/o habilidades que dificultan avanzar en una materia, la opción de recibir clases de un/a especialista puede ser adecuada. Fomenta el estudio en compañía Un cerebro acompañado aprende más y más fácilmente que uno aislado. Aunque el estilo de aprendizaje sea solitario, olvídate de que no salga de su habitación hasta que no haya terminado, ya que una buena conexión con los demás facilita un buen aprendizaje. Por ello, las experiencias de aprendizaje cooperativo son más enriquecedoras y provechosas que el tiempo de estudio en solitario. Mientras él/ella hace sus tareas, tú puedes hacer las tuyas como revisar facturas, leer, escribir, … También puede funcionar montar una «escuela de verano» con vecinos/as, compañeros/as de clase, hermanos/as o primos/as. Si a tu hijo/a le encantan las Matemáticas pero tiene dificultades en Lengua, puede buscar un compañero/a que esté en la situación contraria y que se den clases mutuamente. Recuerdo que un verano ayudé con el Latín a una amiga a la que le había quedado para septiembre, preparando las clases aprendí más que en todo el curso y, además, aquellas clases se convirtieron en un momento muy especial para las dos, no nos daba ninguna pereza dedicar una hora al día en pleno mes de julio. ¡Y ni deciros el orgullo que sentimos ambas el día que le dieron la nota! No planifiques todo su tiempo El aburrimiento es necesario para que surja la creatividad, la fantasía y el pensamiento. Además, la auto-motivación se activa con la posibilidad de decidir lo que hacemos, cosa que es imposible si todo el tiempo está predefinido. Trata de que todos los días haya tiempo libre, en el que tenga en su mano la posibilidad de activar su parte lúdica y su imaginación. Recuerda que jugando también se aprende. Si se queja de que se aburre, no trates de saciar su demanda de forma inmediata, déjale que se aburra y que resuelva solo su problema activando sus propios recursos. Evita la sobre-estimulación En el caso del aprendizaje no funciona la fórmula de a más estimulación, más y mejor aprendizaje. El cerebro necesita periodos de «no hacer nada» para aprender, los momentos de poca actividad permiten conectar conocimientos y activar la creatividad. Estar todo el tiempo en acción no permite que el cerebro active la parte de introspección necesaria para aprender y crear. Procura que tu hijo/a tenga tiempos de inactividad a lo largo del día, para que pueda entrenar la capacidad de dejar que la mente vague a sus anchas. Intenta que cada día haya tiempos de desenchufarse de nuevas tecnologías. Descansar, jugar, aburrirse, crear, relacionarse, estudiar, leer, experimentar, concentrarse, divagar, bailar, hablar, cooperar con otros/as… Ayudarán a tu hijo a APRENDER A SACAR LA MEJOR VERSIÓN DE SÍ MISMO/A . Ayúdale a encontrar su fórmula mágica. ¡Felices vacaciones! Julia Silva García. Psicóloga en Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo Credits: (1) photo credit: manolo guijarro <a href="http://www.flickr.com/photos/46887768@N03/7251248746">a simple way to enjoy life / una manera sencilla de disfrutar de la vida</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a> (2) photo credit: Jiinto <a href="http://www.flickr.com/photos/20705079@N06/21585290962">Movimiento en conexión espiritual con la Naturaleza y el Universo.</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a> (3) photo credit: museocasanataldecervantes <a href="http://www.flickr.com/photos/131418876@N03/35447447190">Taller Periodistas del Siglo de Oro. Museo Casa Natal de Cervantes</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">(license)</a> (4) photo credit: ChrisandMei <a href="http://www.flickr.com/photos/84475418@N00/34509200104">20040806_065</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/">(license)</a>
LA REALIDAD VIRTUAL LLEGA A LA CONSULTA
La realidad virtual ha llegado para quedarse. Empezó a usarse para entrenar a los pilotos pero ahora su uso está extendido a otras áreas de formación y a videojuegos. En los últimos años, nuevos desarrolladores han utilizado esta tecnología para la terapia psicológica. ¿Quieres saber cómo? ¿Qué es la realidad virtual? La realidad virtual es una representación virtual de escenas para que parezcan reales. La persona que la usa se ve inmersa en esa situación e incluso puede moverse y explorarla. Funciona mediante un programa informático –software- que reproduce los entornos, unas gafas y auriculares que permiten al usuario percibir esa realidad; y distintos aparatos (periféricos) que aportan una mayor autenticidad (guantes, sensores, etcétera). Por ello, la realidad virtual se utiliza mucho en videojuegos. Pero la ciencia se ha hecho rápidamente eco de sus ventajas, y actualmente se utiliza para la medicina, la aeronáutica, el entrenamiento militar, la creación artística, etc. ¿La has probado ya? La realidad virtual permite a las personas una ruptura con el entorno físico habitual. Utilizándola, experimentan cómo es volar, una batalla, respirar bajo el agua, caminar por la luna… y sí, ya se ha utilizado para el porno. Su uso no tiene problemas, salvo quizá, alguna sensación leve de mareo las primeras veces que se utiliza. ¿Para qué se usa en la consulta de Psicología? Reproducir un entorno controlado nos permite exponer a las personas a situaciones temidas, por eso es tan eficaz en el tratamiento de dificultades con la gestión de la ansiedad. Nos explicamos rápidamente: muchas personas desarrollan fobias, es decir, una respuesta de ansiedad ante ciertos contextos que, por tanto, se tienden a evitar. Estas fobias suelen resultar muy incapacitantes hoy en día, como en el caso de la aerofobia (miedo a volar), la claustrofobia (miedo a estar en espacios cerrados) o la hematofobia (miedo a la sangre y a los pinchazos). La terapia conductual siempre se ha mostrado como la más eficaz en el tratamiento de las fobias. La lógica es muy sencilla, como evitar una situación que da mucho miedo es beneficioso (porque nos relajamos), las personas aprenden a evitar esas situaciones y fortalecen sus miedos. La solución es obvia, hay que afrontar ese miedo. Sin embargo, aunque decirlo es fácil, no todo el mundo lo consigue. Por ello, la terapia conductual lleva más de un siglo utilizando dos técnicas de afrontamiento: la exposición (exponerse directamente a situaciones u objetos fóbicos hasta que nos relajamos) y la desensibilización sistemática (reproducir estas situaciones u objetos fóbicos en la imaginación entrenando la relajación). En ambos casos, la realidad virtual permite reproducir de forma realista estas situaciones y objetos fóbicos para acelerar el proceso terapéutico. Y además, también se ha mostrado altamente eficaz en otros problemas de ansiedad mucho más complicadas o con más elementos como la fobia social, el miedo a hablar en público, la ansiedad generalizada y más. Por ejemplo, Luis vino a terapia hace unos meses por su miedo a conducir. Tuvo un accidente de coche del que salió ileso, pero el coche quedó siniestro total. Estuvo unos meses sin conducir, y la siguiente vez que lo intentó sufrió un ataque de ansiedad. Desde entonces, dejó de conducir y poco a poco, incluso evitaba subirse en el coche de otras personas. En ese momento, sólo se movía andando y en metro y nos pidió ayuda. El miedo a conducir y el miedo a montar en avión son dos de las consultas más frecuentes. ¿Cómo funciona? Una vez evaluado e identificado el origen y mantenimiento del problema, se explica al paciente lo que ha ocurrido, se plantea un plan de tratamiento y se realizan las sesiones con realidad virtual. Cuando terapeuta y paciente ya han entrenado la relajación y han elaborado previamente una lista con las situaciones que generan menos miedo o ansiedad, se comienzan las exposiciones con realidad virtual. El paciente se coloca las gafas y los auriculares para reproducir la escena y además, se coloca dos sensores en los dedos para que vigilemos la tasa cardiaca (esta técnica se denomina biofeedback). Y aquí empieza la magia: en las gafas él estará viviendo cómo es conducir en coche por una ciudad. En su primera sesión, Luis eligió una carretera secundaria, con buen tiempo y poco tráfico para iniciarse. La respuesta fue clara: la tasa cardiaca se disparó a 100 ppm, Luis empezó a sudar, todo su cuerpo se tensó y se reía nerviosamente: “Ostras esto, no pensé yo que me iba a poner así”. Pero la instrucción era clara: “Continúa conduciendo y céntrate en la respiración para relajarte”. En aproximadamente cinco minutos, el corazón de Luis bajó a 80 ppm, estaba menos tenso y se mostraba más seguro. En diez minutos, nos pidió que empeoráramos el tiempo y subiéramos la cantidad de coches. Tras la siguiente sesión, en la que se reprodujo un entorno de ciudad, Luis se animó a coger su coche con nosotros por la zona de Arturo Soria. Y es que esa es una de sus ventajas, acelera el tratamiento. ¿Qué ventajas tiene? La primera es clara, la terapia es más efectiva: las personas necesitan menos sesiones, lo que supone menos tiempo, menos dinero y más adhesión. La realidad virtual tiene la ventaja de poder entrenar prácticamente en vivo las técnicas de afrontamiento con la ayuda del psicólogo/a, lo que facilita que, a la hora de la verdad, sea más fácil ponerlas en práctica. La segunda es que los pacientes se muestran más motivados, tanto por la velocidad de cambio como por la retro-alimentación que pueden observar sobre su propia respuesta física (la ansiedad). No obstante, es necesario que un experto o experta evalúan, establezcan un análisis de la conducta, expliquen el funcionamiento de la ansiedad y el origen y mantenimiento del problema y entrenen eficazmente en relajación. Por sí sola, puede no resultar tan útil y no todo el mundo posee el equipo específico para ello. Además del tratamiento de fobias (a las arañas, a los sitios públicos), la relajación es otra de las especialidades en realidad virtual. ¿Para qué se utiliza? Obviamente, se está utilizando para las fobias más clásicas como el miedo a las agujas y la sangre, a hablar en público, a los exámenes, a conducir, a montar en avión, a las alturas, a los espacios abiertos, a los espacios cerrados, etc. Y también, a entrenar la propia relajación, tan útil para este tipo de dificultades. Otros problemas de ansiedad, algo más complejos, también resultan eficaces en con el tratamiento en realidad virtuales como es el caso del TOC (obsesivo-compulsivo), el TEPT (estrés post-traumático) o el TAG (ansiedad generalizada). Además de muchas otras dificultades que requieren de su uso. Por ejemplo, Clara acudió a consulta por problemas de autoestima, entre otros síntomas, su forma de hablarse así misma en ciertas situaciones le generaban una ansiedad incapacitante, por lo que se realizó un ejercicio de exposición a sus propios pensamientos. Y también, ya hablaremos de ello más adelante, se ha utilizado para trabajar dificultades con el estado de ánimo (depresión, distimia, euforia), hiperactividad, estrés laboral, adicciones, insomnio o problemas de conducta alimentaria. En resumen, la realidad virtual es una herramienta más que nos ayuda a realizar mejor nuestro trabajo por la salud psicológica de las personas. ¿Crees que tienes alguna de estas dificultades? ¿Quizá alguien de tu entorno? ¿Te animas a cambiar? Julia Silva y Daniel Santacruz. Psicólogos de Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Fotos: Jonas Tana <a href=»http://www.flickr.com/photos/10262366@N06/33006916742″>Arcada Eyesight Simulator (AVES)</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/»>(license)</a>
¿TENGO ANSIEDAD? (III)
En las anteriores entradas hemos hablado de algunos aspectos básicos sobre qué es la respuesta de ansiedad y cómo podemos llegar a manejarla de una forma que nos traiga más perjuicio que beneficio. Con esta última entrada veremos qué problemas pueden derivarse de una mala gestión de la ansiedad y qué dificultades están directa o indirectamente relacionados con ella. Una puntualización previa, aunque ahora utilizaremos varias veces la palabra “trastorno”, ésta tiene como función identificar más fácilmente de lo que estamos hablando, puesto que para nada estamos de acuerdo en que la ansiedad o su mala gestión sea una etiqueta que defina tan precisamente y con tanto peso las dificultades de una persona. Dificultades directamente relacionadas con el manejo de la ansiedad Ataque de ansiedad Una de las características de la activación/ansiedad es que se trata de una respuesta gradual. Cuando experimentamos un miedo muy intenso, pasamos de 0 a 100 en pocos segundos, pero la ansiedad suele tardar algo más en alcanzar sus cotas más altas, y la mayoría de personas ponemos en marcha estrategias para evitar llegar a su punto álgido y ponernos como una moto. Pero otras no. Un ataque de ansiedad sería una crisis incontrolable en la que la ansiedad alcanza sus cotas máximas. Se experimentan síntomas físicos muy extremos (taquicardia, hiperventilación, tensión muscular) y la sensación subjetiva es de absoluto malestar. Este episodio puede llegar a durar horas. Aquí tenéis retratado un ataque de ansiedad ante una fobia a plumas. Lo positivo es que nuestro cuerpo no puede aguantar ese estado durante mucho tiempo, y la ansiedad empieza a disminuir lenta y progresivamente. Muchas veces, el ataque de ansiedad se encuentra en el origen de otras problemáticas. Fobias Fobia es la palabra latina para miedo y de eso se trata. Un miedo exagerado e incontrolado a alguna situación u objeto. Todas las personas tenemos respuestas de miedo agudas ante ciertas situaciones como riesgo de enfermedad o muerte, oscuridad, animales salvajes o abismos. Y aprendemos a controlarlos de forma más o menos eficaz. Pero otras personas pueden desarrollar respuestas incontrolables de miedo ante estos estímulos u otros que al resto no nos parecerían peligroso. Como tal, cualquier cosa podría generar una fobia (sólo tienes que mirar los interminables listados que aparecen por Internet), pero las más frecuentes tienen que ver con fobias a animales, miedo a la oscuridad, miedo a la sangre o a las agujas, miedo a conducir, miedo a montar en avión, miedo a tragar (sobre todo en niñ@s) o miedo a las alturas. Tres de ellas merecen especial atención: La agorafobia y la claustrofobia, que se suelen entender como miedo a espacios abiertos y cerrados respectivamente. Generalmente tienen más que ver con el miedo a que ocurra un ataque de ansiedad y nadie pueda ayudarte. Por eso las personas con agorafobia/claustrofobia temen cosas como salir a la calle, estar en sitios abarrotados de gente, montar en ascensor, conducir, etc. La hipocondría, es el miedo irracional y constante a enfermar, morir o que le ocurra algo a nuestra salud o la de otros. Se solapa en buena medida con el TOC (que veremos más adelante) y tiene una diferencia fundamental con el resto de dificultades: el estímulo que la provoca, suele venir de dentro (no es habitual encontrase a gente muy preocupada e incluso con ataques de ansiedad porque el corazón les latía demasiado rápido o demasiado lento). La fobia social es el miedo a que las personas nos rechacen (familia, amig@s, personas que nos atraen, personas desconocidas, etc.). Sería una timidez exagerada o que impide relacionarse con apenas nadie. No suele tener tanta activación física como cognitiva (darle muchas vueltas a lo que ha ocurrido o puede ocurrir) y conductual (no hablar, no expresar). Ansiedad generalizada Hablamos de esta categoría cuando todo genera una respuesta de ansiedad o al menos todo lo relacionado con algún área vital (escuela y trabajo, familia, relaciones sociales). Obviamente, todo no genera constantemente ataques de ansiedad, pero sí una sensación desagradable, malestar, puntuales ataques de ansiedad, diferentes combinaciones de síntomas, preocupación constante por que pueda pasar algo malo y no se pueda controlar, etc. Trastorno Obsesivo-Compulsivo Ordenar objetos es una de las manifestaciones del TOC. Es una forma de expresión de la ansiedad en la que un pensamiento o idea irracional o distorsionada (vg. “mi familia va a morir”, “la gente no va a entender lo que digo”, “esto puede servirme en algún momento”, “las cosas están mejor ordenadas como yo digo”) genera un malestar que sólo se calmar realizando un comportamiento repetitivo (vg. “abrir y cerrar varias veces una puerta”, “preguntar -¿lo has entendido?- todo el rato”, “guardar todas las pinzas y tuercas que encuentras en la calle” o “ordenar constantemente objetos”). De nuevo hay que distinguir entre lo que son manías que tod@s tenemos y un problema, cuando la intensidad, la frecuencia o la forma o formas de manifestarlo son preocupantes. Además, el trastorno obsesivo-compulsivo puede estar relacionado con otras manifestaciones de la ansiedad como la hipocondría, los trastornos dismórficos (obsesionarse con el tamaño o forma de alguna parte del cuerpo) o los trastornos de la conducta alimentaria que veremos más adelante. Estrés Hablamos de estrés cuando el estado de activación/ansiedad se mantiene a niveles bajos o medios durante un tiempo considerable (años) produciendo un gran desgaste en el individuo. Suele relacionarse con la activación que supone la falta de recursos (tiempo, habilidades, personal) para realizar alguna tarea importante, por eso, se identifica habitualmente con el ámbito laboral o escolar. Las personas con estrés se encuentran en un constante estado de activación, preocupación o alerta ante peligros o desafíos. Trabajos muy demandantes pueden facilitar estas dificultades (como las fuerzas de seguridad, l@s controladores aéreos…) pero también condiciones aversivas en trabajos menos exigentes (el famoso mobbing y el bullying) pueden generar estrés. Y sí, la gran mayoría de la población occidental vive en un estado de estrés por las demandas de la sociedad en cuanto a familia, trabajo, imagen corporal, ocio y un largo etcétera. Tiene un efecto bastante pernicioso en el cuerpo por efecto de la activación simpática constante y la liberación de cortisol (un derivado de la adrenalina), así que a la larga las personas desarrollan problemas musculares, cardiacos, digestivos o inmunes entre otros. Estrés post-traumático Se habla de estrés agudo cuando surgen una respuesta de activación/ansiedad intensa y duradera tras afrontar un evento exageradamente peligroso (como presenciar un atentado terrorista, una violación o la muerte directa de un familiar). Incluso puede cursar con síntomas disociativos (amnesias y fugas). Si una vez superado este estado, meses e incluso años después aparecen síntomas de ansiedad sin causa aparente y se reviven intensamente las escenas generando un gran malestar hablaremos estrés postraumático. Este efecto de la ansiedad empezó a investigarse a raíz de los recuerdos que sobrevenían a soldados americanos supervivientes de la guerra de Vietnam como bien retrataron películas como Taxi driver (1976) o Acorralado (1982). Trastornos adaptativos Suelen ser los que más se diagnostican en Psiquiatría y en Psicología y tendrían que ver con las reacciones habituales de activación/ansiedad ante eventos aversivos para la persona. Es habitual encontrarse problemas de ansiedad después de crisis vitales (como duelos, separaciones, episodios de maltrato), problemas relacionales (discutir acaloradamente con un familiar o amigo, con la pareja) e incluso laborales/escolares (al cambiar de colegio o trabajo, al sufrir un ataque por parte de un compañero). Un accidente de tráfico, una lesión o una muerte pueden desembocar en problemas de ansiedad. Trastornos somatomorfos Habitualmente son dolores y afectaciones que las personas experimentan y a los que l@s especialistas médicos no encuentran causa u origen físico aparente. Curiosamente, con síntomas relacionados con efectos crónicos y a largo plazo de la respuesta activación/ansiedad del sistema simpático (dolores musculares crónicos -sobre todo en espalda y mandíbula-, trastornos digestivos –colon irritable-, cutáneos –psoriasis-, etc.). Se solapan habitualmente con hipocondría o con personas aprensivas y preocupadas en exceso por su salud. ¡Ojo! Que no quiere decir que todos los dolores tengan un origen relacionado con la ansiedad, pero a l@s psicólog@s no nos sorprende encontrar estos tipos de dolencias en personas “ansiosas”. Otro ejemplo sería la conversión, que ocurre cuando alguna situación muy estresante se traduce en una dolencia física específica (como ceguera o parálisis de algún músculo). El neurótico director que pierde la vista en Hollywood Ending (Woody Allen, 2002) sería un buen ejemplo de conversión. Dificultades indirectamente relacionadas con el manejo de la ansiedad Habilidades sociales y dificultades relacionales Las habilidades sociales (HHSS) son todas aquellas herramientas verbales y no verbales que empleamos las personas para comunicarnos con los demás (desde dar una conferencia al comité ejecutivo de nuestra empresa, llamar por teléfono a nuestra madre, pedir en un restaurante o besarse pueden considerarse actos comunicativos). Habitualmente, las HHSS de las personas responden a tres estilos: pasivo o inhibido, agresivo y asertivo. Los estilos inhibido y agresivo suelen estar movidos por la respuesta de activación/ansiedad, en unos se evita (no expreso mi opinión, no te digo que algo me ha molestado, no soy capaz de negarme a tus peticiones) y en otros se afronta mediante un ataque más o menos deliberado (pego cuatro voces cuando me piden algo, levanto la voz e insulto, te digo que no me pasa nada cuando es evidente que sí, etc). Las personas que acuden a la clínica con problemas con otros miembros de su entorno (padres, hij@s, amig@s, compañer@s de trabajo…) suelen presentar habilidades sociales poco adaptadas para solucionar estos problemas y una de las razones es el mal manejo del malestar o la angustia que me supone afrontar una situación de forma eficaz (por ejemplo, expresar mi opinión sin alterarme). Las habilidades sociales modulan todas nuestras experiencias Dificultades con la Respuesta Sexual Un mal manejo de la activación/ansiedad suele jugar un papel clave en muchas de las dificultades que hombres, mujeres y parejas nos cuentan en terapia sobre los terrenos del eros. Y es que ansiedad y excitación son dos caras de una misma moneda, que deben guardar un sereno equilibrio: demasiada ansiedad y nuestra excitación se convertirá en frustración, demasiada poca, y no estaremos lo suficientemente animad@s para pasárnoslo bien. Un mal manejo de la respuesta de ansiedad/activación suele estar detrás de muchas de las fluctuaciones de la erección, las tensiones de los músculos pélvicos que impiden la penetración, la incapacidad para experimentar orgasmos o la falta de control eyaculatorio. Trastornos de la Conducta Alimentaria En este tipo de dificultades influyen una amplia variedad de factores entre los que se encuentra la gestión de la ansiedad. Por ejemplo, en la famosa anorexia y la bulimia, el miedo a engordar, a verse fea/o, a perder la figura… suelen estar detrás de las restricciones alimentarias y los vómitos. También, como en el ejemplo que señalábamos más arriba, una copiosa comida suele activar nuestro sistema parasimpático (la digestión depende de él), por lo que no es raro encontrarse atracones, sobre todo de dulces, asociados a dificultades de gestión de la ansiedad con la pareja, el trabajo, la familia o los amigos. Consumo de sustancias No podía faltar. Aunque también en estos casos suele El consumo de muchas sustancias se asocia a la ansiedad. n influir muchos otros factores extra, principalmente el efecto adictivo de la sustancia en sí, la ansiedad puede encontrarse entre ellos en buena medida. Al fin y al cabo, el uso de sustancias psicoactivas (llámense alcohol u Orfidal) para templar los nervios se ha utilizado desde siempre. Los depresores del sistema nervioso (alcohol, heroína, marihuana) suelen llevarse la palma: como no quiero sentirme nervios@, busco alguna sustancia que me calme. No obstante, los activadores (cocaína, anfetaminas) nos ofrecen la misma explicación: como no quiero sentir ansiedad, voy a ver si siento otras cosas. Poca broma. Trastornos del sueño Muchos casos de insomnio y pesadillas se manifiestan en paralelo a alguna mala gestión de la ansiedad. Al fin y al cabo, uno puede ser incapaz de dejar de darle vueltas a las cosas y la ansiedad tiende a activarnos. Prepárate para comer techo. Perfeccionismo Se trata de una actitud, de un estilo de pensamiento e incluso hay quien llega a decir que una completa “personalidad” derivada de una mala gestión de la activación/ansiedad. Las personas perfeccionistas se caracterizan por una rigidez e inflexibilidad mental constante y una interpretación desde la ansiedad cuando algo no se corresponde con lo que ell@s esperaban. Es característica del perfeccionismo una forma de pensar basada en juicios de valor, términos absolutos, incapacidad para ceder ante las diferencias con la forma de pensar de otra persona, etc. que suele traer bastantes problemas en todas las áreas vitales de un individuo. Dificultades de pareja En el marco de la pareja, un mal manejo de la ansiedad de uno o ambos miembros puede ser fatídico para la relación. Convivir con alguien que desarrolla alguno de los trastornos anteriormente citados no cabe duda que influye en la relación de pareja; además, uno de los síntomas habituales que nos encontramos en clínica como resultado de una gestión deficiente en la ansiedad es la falta de deseo, que afecta directamente a la pareja. Expectativas demasiado altas, atribuciones erróneas, creencias irracionales sobre la pareja, actitudes y estilos de comunicación pasivos o agresivos son algunas de las dificultades más frecuentes en las relaciones de pareja que, a menudo, coinciden con estrategias deficitarias a la hora de manejar el propio malestar. Un lugar especial en este tipo de problemas lo tienen los celos, sobre todo aquellos celos especialmente negativos e incapacitantes por la pareja. Y es que la posibilidad de que nuestra pareja pueda estar engañándonos, pueda querer dejar la relación o pueda querer a otra u otras personas más que a uno mismo, supone un evento ansiógeno para muchas personas. Control de impulsos El autocontrol es la capacidad de ponerle límites a todos nuestros deseos y voluntades. No siempre podemos hacer lo que queremos hacer. Y a muchas personas les cuesta fomentar esta habilidad. El consumo de sustancias (entre ellas el alcohol), el juego patológico, las explosiones de ira, etcétera, tienen que ver con el control de impulsos. Muchas veces, cuando las personas son conscientes de que no son capaces de ponerle freno a esas conductas, pueden aparecer dificultades con el manejo de la ansiedad. El juego patológico tiene un alto componente ansiógeno. Estado de ánimo Una de las consecuencias a largo plazo que puede tener esta ansiedad “negativa” es el bajo de estado de ánimo (comúnmente, depresión). Efectivamente, las personas nos ponemos muy tristes cuando tenemos problemas y/o cuando no conseguimos superarlos. No es raro encontrarse en terapia a personas que vienen con síntomas depresivos (desmotivación, desgana, incapacidad para disfrutar, abandono de actividades gratificantes, llantos, baja autoestima) y, en cuanto empiezas a preguntar, se descubren como un@s ansios@s en potencia. Como ves la ansiedad tiene múltiples manifestaciones y es más frecuente de lo que pensamos. Si consideras que puedes tener alguna dificultad en su manejo, no dudes en contactar con nosotr@s. Daniel Santacruz. Psicólogo Clínico y Sexólogo en Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo credits: (1) julianroth <a href=»http://www.flickr.com/photos/111385916@N08/12006396624″>Eye of the Tiger</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/»>(license)</a> (2) Paradasos <a href=»http://www.flickr.com/photos/78042364@N00/27300393416″>Haribo OCD</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/»>(license)</a> (3) Paul B. (Halifax) <a href=»http://www.flickr.com/photos/29887284@N00/15778100317″>Double Down</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/»>(license)</a> (4) x1klima <a href=»http://www.flickr.com/photos/69743899@N07/23186824996″>girls talk with shy boy</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/»>(license)</a> (5) UsualRedAnt <a href=»http://www.flickr.com/photos/115645852@N04/26851490810″>Marijuana (beinahe) ohne Rausch</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/»>(license)</a> (6) <a href=»http://www.flickr.com/photos/51035794942@N01/5197954378″>The busy bee has no time for sorrow.</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/»>(license)</a>
ASERTIVIDAD EN EL TRABAJO
El pasado mes de enero estuvimos en HiVip organizando un webinar sobre asertividad en el trabajo. Aquí os dejamos el resultado: Julia Silvia y Daniel Santacruz. Psicólogos clínicos y Sexólogos en Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
5 REGALOS ALTERNATIVOS PARA TUS HIJ@S
Un año más, se acercan las fechas de reuniones familiares, cenas de empresa y regalos, regalos y más regalos por excelencia. Muchos/as de nuestros/as conocidos/as o consultantes nos plantean las mismas quejas: «Mi hijo/a tiene de todo», «No aprecia sus juguetes», «Le regalan los abuelos, los tíos, los amigos… donamos juguetes sin abrir», etc. Los juguetes son una maravillosa fuente de diversión y aprendizaje, y son una base para el desarrollo de cualquier individuo en cualquier punto y cultura del planeta; todos necesitamos jugar. Pero, en ocasiones, nos pasamos de la raya, ¿regalamos demasiados juguetes? Muchas veces, confundimos juego con juguete y tendemos a sobrecargar a nuestros menores con un sinfín de cacharritos de colores que olvidan al momento cuando lo realmente importante para el desarrollo es la habilidad de jugar. Si eres de és@s modern@s que se gastaron una pasta en el peluche último modelo y los hijos de tus colegas jugaron más con la caja, si eres de esos padres que tienen que pedir a su abogado una orden para que los abuelos dejen de regalar a sus nietos coches y muñecas como si no hubiera un mañana o si quieres convertirte en el tío/la tía favorita de tus sobrinos y despertar los celos de tu cuñado/a y su familia, si eres de los que piensan que más es mejor y no encuentras el punto en qué parar… échale un vistazo a nuestras recomendaciones. Libros Algo que nunca pasará de moda, el must por excelencia de los regalos. Consigue alejar a tus pequeñas personas favoritas de un futuro más negro que los de Black Mirror, regalándoles un trozo de cultura para llevar. Huye de Disney, huye de los libros de obligada lectura para el estudiante y corre a refugiarte en alguna librería especializada. Encontrarás un sinfín de oportunidades en las que bucear para regalar el libro que puede cambiar la vida de tu hij@, sobrin@, niet@… Este año, libros como el Emocionario (Palabras Aladas S.L.), Vacío (Barbara Fiore), Pequeños cuentos para dormir en un minuto (Bescoa) o Letras al carbón (Juventud) han cautivado los corazones de Terapia y Más. Materiales de construcción Regala a tu hijo/a un saco de cemento, un martillo y unas tablas de madera y tarde o temprano tendrás tu propio adosado. No, nos referimos a estos materiales de construcción. Uno de los «juguetes» más investigado y avalado por psicólogo/as y educadores de cualquier época y corriente son los materiales que permiten a niños y niñas construir, crear, desarrollar, pintar, esculpir, coser, cocinar o montar. Ser capaz de modelar materiales, de combinar materiales, de usar distintas herramientas permiten que la creatividad de los niños/as se expanda. Puedes optar por los clásicos (pinturas, plastilina, juegos de piezas) o explorar nuevas vías, la robótica está pisando fuerte… Disfraces Otro de los juegos de los que niñas y niños obtienen más ventajas son los juegos de roles. Ser capaz de jugar a ser otro, adoptar y adaptar distintos puntos de vista, comprender las emociones de otra persona, etcétera son habilidades básicas que necesitarán a lo largo de su vida escolar, laboral o de pareja como agua de mayo. Los disfraces facilitan que esto ocurra; y de nuevo, puedes elegir entre lo clásico (otra princesa de Frozen, otro CR9) o hacerte con una variedad de complementos de distintos disfraces, telas y pinturas faciales para crear los propios trajes, reciclar antiguas prendas, visitar tiendas de ropa de segunda mano y demás. ¿A quién no le gusta disfrazarse? Iniciar una afición Ya lo dice el anuncio: «Cuanto más cosas construyas en tu vida…» y es que desde la consulta, vemos que muchas veces los adultos que más tiempo ocioso tienen, mas preocupaciones experimentan. Hay infinidad de posibilidades, la infancia es el momento para recibir la primera cámara de fotos o la primera bici, el primer curso de cocina o de programación, la primera clase de rugby, baile moderno o esgrima, la primera guitarra o el primer sintetizador. Tú decides. Una excursión Viaja por un momento a tu propia infancia y trata de recordar algún juguete especial que te haga recordar con nostalgia cualquier tiempo pasado fue mejor. Es probable que te cueste acordarte más de ello que de cuando fuisteis al parque de atracciones con tus padres, cuando tu madrina te llevó al cine o los abuelos te acompañaron al museo arqueológico a ver ese dinosaurio tan grande. Una visita al sinfín de actividades programadas para niños o de los recursos específicos pueden ser tan buen regalo como el juguete de turno. Museos de arte, de ciencia, arqueológicos, Micropolix, Burrolandia… son opciones más que recomendadas. …Y si ninguna de estas opciones te convencen, ya sabes, hay una que nunca falla: Adoptar o acoger (o vale, incluso comprar) un animal ayuda enormemente al desarrollo de las personas. Perros, gatos, conejos y demás son fuente de cariño incondicional y ayudan a los niños y niñas a desarrollar responsabilidades. ¿Te animas? Daniel Santacruz y Julia Silva. Psicólogos clínicos y Sexólogos en Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo credit (1) Ravi_Shah <a href=»http://www.flickr.com/photos/24609568@N04/23377588253″>Christmas Presents</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/»>(license)</a> (2) https://www.juguetronica.com/robot-electroneumatico (3) MattysFlicks <a href=»http://www.flickr.com/photos/68397968@N07/11179459385″>Christmas party animals</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/»>(license)<
¿TENGO ANSIEDAD? (II)
Sí, claro que sí, como todo el mundo del universo. La pregunta correcta sería ¿la estoy gestionando bien? Como decíamos en la entrada anterior, la ansiedad en sí no es un problema, pero puede serlo. Algunas claves para saber si tu gestión de la ansiedad es problemática: Tipología. La respuesta de activación/ansiedad se manifiesta en tres ámbitos distintos y las personas que tienen dificultades en el manejo de la ansiedad pueden identificarse con uno o varios de estos ámbitos. Ansiedad física o fisiológica: cuando la respuesta se manifiesta a través de síntomas y sensaciones corporales que ya conocemos. Los más habituales son tensión muscular, taquicardia, hiperventilación, sudoración y concentración; pero también puede manifestarse a través de temblores, ganas de vomitar, ganas de orinar, molestias gástricas, rubor y sensaciones de acaloramiento, sensación de presión en el estómago, pecho o nudo en la garganta, sequedad de boca, etc. A largo plazo, la activación fisiológica constante puede tener consecuencias muy perniciosas como dolores musculares (sobre todo en espalda y mandíbula), úlceras gástricas, problemas de diarrea, problemas de sueño y pesadillas, hipertensión, cansancio constante, bajo deseo erótico… Ansiedad cognitiva o mental: cuando la activación/ansiedad aparece a través de pensamientos. Una de las formas más importantes que tenemos las personas de aprender a manifestar y gestionar nuestra ansiedad son nuestros propios pensamientos, que se desarrollan en relación al lenguaje (de nuestra familia y nuestro entorno). Nuestra forma de pensar puede estar relacionada con un mal manejo de la ansiedad cuando empleamos términos muy extremos (“todo o nada”, “siempre o nunca”) y etiquetas (“bueno”, “malo”, “inútil”, “injusto”). También cuando anticipamos lo que va a ocurrir (“me va a volver a pasar”, “mejor no digo nada porque…”), sobre todo cuando es negativo (“será horrible”, “no podría soportarlo”) y/o exagerado (“me voy a morir”, “me va a dejar”, “no me va a querer nadie”). Incluso pueden aparecer formas de pensar devaluativas hacia uno/a mismo/a (“todo lo malo me ocurre a mí”, “siempre tengo mala suerte”). Esta forma de pensar constante tiene sus consecuencias: preocupaciones, sensación de estar siempre alerta, inquietud, darle vueltas a las cosas, cuesta pensar y concentrarse, sólo se recuerda lo malo y negativo, inseguridad y un largo etcétera. También se puede traducir en actitudes rígidas e inflexibles o actitudes irritables y agresivas. Ansiedad conductual: cuando se manifiesta en lo que hacemos y decimos (y en lo que no hacemos o no decimos). Por ejemplo, algunas formas habituales de estar manejando mal la ansiedad son los comportamientos repetitivos y/o compulsivos como no parar de moverse o mover alguna parte del cuerpo, morderse uñas y padrastros, juguetear con objetos. Otra gran familia de signos de la ansiedad tiene que ver con cómo nos relacionamos con los demás, sobre todo si partimos de las actitudes pasivas e inhibidas (no expresar nuestros deseos e ideas, callarnos ante algo que nos molesta…) y de las agresivas e irritables (expresar en demasía nuestros deseos e ideas, gritar, saltar ante cualquier cosa…). Por último, también pueden estar relacionados con un mal manejo de la ansiedad los bloqueos (quedarme sin poder hacer o decir nada) o rendir menos en las actividades habituales; o bien, mostrarse inquiet@ y nervios@ moviéndose constantemente, gesticulando mucho, cambiando de postura. Morderse las uñas es un síntoma clásico de ansiedad. Intensidad y duración. Todos estos síntomas por separado, con una intensidad moderada o experimentados de forma breve o aislada no suelen dar problema, pero cuando no somos capaces de desconectar de nuestros pensamientos preocupantes durante días o semanas, cuando nuestros bloqueos nos impiden tareas necesarias o experimentamos una crisis de ansiedad (todos estos síntomas, a la vez y de forma intensa) pueden ser ejemplos de un mal manejo de la ansiedad. Adecuación. Muchas situaciones, y sobre todo en entornos estresantes como las grandes ciudades o situaciones estresantes como un accidente de coche, recuerda que exigen nuestra respuesta de activación/ansiedad. No es raro sentirse ansioso (e incluso tener un ataque de ansiedad) ante el riesgo de muerte de un familiar por ejemplo, o estar muy preocupado y no dejar de darle vueltas a un inminente despido en el trabajo. Pero si estás experimentando estos síntomas en momentos en los que la mayoría de la gente no lo haría (como un parcial de matemáticas, estar en un atasco o al recordar ese momento del día en el que no pudiste decir lo que pensabas) puede que no estés gestionando tu ansiedad de forma adecuada. Tu propia diversidad. Incluso en situaciones muy extremas, hay personas capaces de mantener la calma y manejar su ansiedad. Las características anteriores son solo ejemplos generales, hay un sinfín de variables que pueden originar o mantener una mala gestión de la ansiedad. Lo importante es que si crees que puede estar afectándote, busques ayuda. ¿PUEDO GESTIONAR MI ANSIEDAD? Rotundamente sí. La respuesta de activación/ansiedad se aprende a gestionar. Y todas y todos tenemos nuestras estrategias. Evitar o escapar de una situación, tomarse un Orfidal, comentar nuestros problemas con nuestros familiares y amig@s, comer sin control, analizar una situación y pensarla de otra manera, aguantar y aguantar hasta explotar o beberse una botella de vino son algunas de las formas en las que las personas manejan una ansiedad que les resulta negativa. Pero no siempre funcionan. Hay algunas que nunca son una buena opción, otras que dependen según la situación y otras que pueden valer para casi todas las ocasiones. Tampoco es fácil analizar qué estrategias poner en marcha, por lo que muchas veces puede necesitarse ayuda externa para desarrollar nuevas estrategias o saber cuándo utilizar cada una. Algunas herramientas para aprender a gestionar la ansiedad son: La relajación. ¿Recuerdas que la forma de calmar al sistema simpático era el sistema parasimpático? Bueno, pues muchas formas de activación del sistema parasimpático ayudan a relajar y controlar la ansiedad. La respiración diafragmática, la relajación muscular, algunas prácticas deportivas como el yoga, los efectos positivos del deporte y las relaciones sexuales ayudan a combatir la ansiedad, sobre todo la fisiológica. Pensar de otra forma. Las personas que son capaces de tomarse una situación con humor o analizar un evento para buscar la solución más óptima en lugar de la primera que se le ocurre ponen en marcha pensamientos que les permiten comportarse así. Un objetivo de la terapia cuando existe ansiedad es aprender a pensarla de otra forma. Aprender nuevos comportamientos. Depende de cada caso, pero aprender nuevas formas de comunicarse, aprender a dejar de comprobar o desconfiar son grandes objetivos que implican cambios en la forma de pensar, pero también la forma de actuar, hablar, callar… El yoga es una práctica beneficiosa demostrada contra la ansiedad. Como ves, simplemente arrojar cierta luz sobre qué es y qué no es la ansiedad puede facilitar las cosas. Si crees que podríamos ayudarte, no dudes en contactarnos y si quieres saber más sobre las formas específicas en las que aparece la ansiedad, espera a la siguiente entrada. Daniel Santacruz. Psicólogo clínico y sexólogo en Terapia y Más. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Photo credits. (1) ElleFlorio <a href=»http://www.flickr.com/photos/91423413@N02/30046763351″>#RedHeads Army</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/»>(license)</a> (2) Neil. Moralee <a href=»http://www.flickr.com/photos/62586117@N05/18420650248″>More serious than you think !</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/»>(license)</a> (3) Yogendra174 <a href=»http://www.flickr.com/photos/39072595@N03/28307972461″>Sunset Yoga</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/»>(license)</a>
